Diagnóstico Prenatal

¿Qué es el diagnóstico prenatal?

El término diagnóstico prenatal son aquellas acciones diagnósticas encaminadas a descubrir durante el embarazo un defecto congénito, entendiéndose como tal, todas las anomalías del desarrollo; morfológico, estructural, funcional o molecular presentes al nacer, aunque también pueden manifestarse más tarde; siendo externas o internas, únicas o múltiples, familiares o esporádicas, hereditarias o no.

Tipos de defectos congénitos

Alrededor del 3 % de nacidos vivos presentan algún tipo de anomalía, pero esta cifra se incrementa hasta el 4-7 % al año de vida. En la práctica tenemos tres tipos fundamentales de alteraciones congénitas:

● Anomalías cromosómicas

Entre ellas, la más común es el síndrome de Down, que puede afectar a 1 de cada 700 recién nacidos, siendo su frecuencia muy variable según la edad materna, afectando a 1 de cada 1000 nacidos vivos a los 30 años materna, 1 de cada 65 a los 40 años y a 1 de cada 40 a los 44 años; síndrome de Patau o síndrome de Edwards, entre otras anomalías cromosómicas. Estas anomalías son responsables aproximadamente del 12 % de todos los defectos.

● Enfermedades hereditarias

Su diagnóstico es posible prenatalmente estudiando el ADN fetal en el líquido amniótico a partir de las 16 semanas. Las enfermedades más frecuentes son: fibrosis quística, distrofia miotónica, riñón poliquístico y neurofibromatosis, son aproximadamente el 28 % de los defectos congénitos.

● Enfermedades hereditarias

Su diagnóstico es posible estudiando el ADN fetal en una muestra de sangre materna a partir de las 10 semanas de gestación. Las más frecuentes son: fibrosis quística, distrofia miotónica, riñón poliquístico y neurofibromatosis , son aproximadamente el 28% de los defectos congénitos. 

● Malformaciones

Su diagnóstico se realiza prácticamente en todos los casos, mediante exploración ecográfica de alta resolución, son aproximadamente el 60 % de todos los defectos congénitos.

¿Cuáles son las técnicas de diagnóstico prenatal?

Mediante las técnicas no invasivas de diagnóstico prenatal, se selecciona la población de riesgo para un determinado defecto congénito, entre estas contamos con: la historia clínica, exámenes de sangre, ecografía y diversos test combinados. Si finalmente se obtiene algún resultado o factor de riesgo, se recurre posteriormente a la confirmación mediante las técnicas invasivas de diagnóstico prenatal, que implican cierto riesgo para el feto, por tanto, no es general su aplicación.

Técnicas no invasivas de diagnóstico prenatal

Estas técnicas han reemplazado en gran medida a las invasivas que se utilizaban hasta hace poco tiempo y la base para realizarlas es la siguiente:

Historia clínica: Existen una serie de situaciones tras elaborar la historia clínica de la paciente como: la edad materna avanzada, antecedentes de embarazos con anomalías o retardo mental, padres portadores de alguna anomalía cromosómica, antecedentes familiares de malformaciones, etc. en las que podría indicarse la realización de alguna de las pruebas descritas a continuación:

Test de ADN fetal en sangre materna: Se realiza a partir de la semana 10, pudiéndose conocer en 2 semanas el riesgo de padecer la trisomía 21 (síndrome de Down), la trisomía 18 (síndrome de Edwards) y la trisomía 13 (síndrome de Patau) y anomalías relacionadas con los cromosomas X (síndrome de Turner) y el Y (síndrome de klinefelter). Con una simple toma de la sangre de la madre, se obtiene una cantidad suficiente de ADN fetal que se puede identificar y cuantificar mediante un proceso tecnológico avanzado. Se obtiene un análisis estadístico de padecer alguna de las anomalías descritas. La fiabilidad de la prueba es muy alta, tiene índices de detección superiores al 99 % y falsos positivos del 0,1 %. Es también útil en los embarazos múltiples y puede ser aplicado en todas las gestaciones conseguidas tras tratamientos de reproducción asistida, incluidos los casos de ovodonación.

Ecografía: La ecografía es un método auxiliar de exploración, fundamental dentro del diagnóstico prenatal. Tiene momentos específicos de aplicación:

En el primer trimestre: El estudio de “marcadores cromosómicos” realizado entre las 11 y 13.6 semanas nos permite detectar algunas imágenes consideradas marcadores de cromosomopatías como la presencia del hueso nasal (su ausencia se ha relacionado con el síndrome de Down), visualización de ductus venoso y la más válida y aceptada en los últimos años, la conocida como “translucencia nucal” imagen visualizable en el dorso del cuello fetal, si esta es mayor a 3 mm, podemos solicitar el estudio de ADN fetal en sangre materna y en caso de que este estudio sea sugestivo de alguna cromosomopatía debemos  , para un diagnóstico concluyente.

En el segundo trimestre: Entre las semanas 20 y 24, es la época más adecuada para el diagnóstico de la mayoría de las malformaciones de tipo anatómico. Este examen debe ser practicado por personal especialmente cualificado para este tipo de ecografías. Igualmente, se requieren equipos ecográficos de alta definición, dotados de tecnología como el 4D-5D y Doppler Color, que nos permiten descubrir detalles muy precisos de toda la anatomía fetal.

Estudios combinados: el examen combinado del primer trimestre o EBA-Screening (Screening ecográfico y bioquímico de aneuploidías), es la combinación y estudio informatizado para calcular un índice de riesgo de enfermedad cromosómica (especialmente del síndrome de Down), empleando la edad de la gestante, marcadores de sangre (B-HCG, PAPP-A) y la medida de la translucencia nucal. Los resultados tienen una tasa de detección cercana al 90 %, y una tasa de falsos positivos del 3 %.

Test de predicción de la preeclampsia: No está indicado para la detección de un defecto congénito, pero es capaz de detectar una situación que podría derivar en una situación comprometida para el desarrollo fetal. La preeclampsia es una complicación que se presenta habitualmente desde la segunda mitad del embarazo, y representa un riesgo para la salud materno-fetal, en algunos casos con afectación muy importante que se expresa en: restricción del crecimiento fetal, parto prematuro, madurez prematura de la placenta, desprendimiento prematuro de placenta, etc. Su frecuencia oscila entre el 2 y el 8 % del total de embarazos. Se manifiesta con una combinación de tensión arterial elevada (más de 140/90 mm Hg), proteinuria (exceso de proteínas en orina de la gestante) e hinchazón generalizada o de algunas partes del cuerpo de manera particular en los miembros inferiores.

Recientemente, se han establecido diversos tests para la detección de la preeclampsia en estadios precoces del embarazo, alrededor de la semana 12. El test empleado en nuestro instituto se sustenta en la combinación de varios parámetros:

  • Marcadores ecográficos, el estudio Doppler de las arterias uterinas que son las encargadas de llevar la sangre al útero.
  • Marcadores bioquímicos: Beta HCG y proteínas específicas presentes en la placenta, PLGF (Factor de crecimiento placentario) y PAPP-A (proteína plasmática A asociada al embarazo).
  • Datos maternos: edad, peso, talla, tensión arterial y antecedentes.

El resultado definitivo de estos tests, nos permite detectar a la población de riesgo, tanto de preeclampsia precoz como tardía para su mejor manejo. Si la prueba evidenciara riesgo en el embarazo inicial, se puede prescribir a partir de ese momento tratamiento farmacológico profiláctico, como la aspirina a baja dosis, calcio, asesoramiento y consejos adecuados y un mayor control clínico de la gestación hasta su finalización.

Otro marcador bioquímico de preeclampsia es el Factor antiangiogénico (SFLIT) que se realiza en el segundo y especialmente, en el tercer trimestre (semana 34 a 37).

Técnicas invasivas de diagnóstico prenatal

Las técnicas invasivas nos ayudan a completar el diagnóstico de numerosas patologías fetales, especialmente en las enfermedades cromosómicas. No están exentas de complicaciones y conllevan cierto riesgo de interferir en la evolución de la gestación, debiendo, por lo tanto, seleccionar adecuadamente los embarazos que pueden beneficiarse de su realización. Los exámenes más empleados son:

Biopsia Corial: Nos permite la obtención de tejido placentario, por vía abdominal o cervical, para el estudio de los cromosomas fetales (cariotipo) o estudios más sofisticados como el ADN o enzimas fetales, se realiza entre las semanas 11 y 12.

Con esta muestra y gracias a la ayuda de la Biología Molecular, se realiza la técnica conocida como hibridación in situ fluorescente (FISH), la misma que nos permite descartar más del 90 % de las patologías numéricas más frecuentes en los recién nacidos y que afecta a los cromosomas 13, 18, 21, X y Y.

Amniocentesis: consiste en la aspiración del líquido amniótico existente en la cavidad amniótica, mediante una punción a través del abdomen materno. Se realiza entre las semanas 15 a 18. Igualmente, puede aplicarse el método rápido (FISH) el mismo que nos permite descartar más del 90 % de las patologías numéricas más frecuentes en los recién nacidos y que afecta a los cromosomas 13, 18, 21, X y Y. O el cultivo definitivo largo del total de cromosomas, con resultados que se obtienen en tres semanas.

En la biopsia corial y amniocentesis puede llevarse a cabo un estudio más extenso y profundo, mediante la técnica molecular más novedosa, el Array-CGH (lo ofrece nuestro Instituto), que es la forma más segura y eficaz de analizar el genoma completo de una persona, para descartar alteraciones de ganancia o pérdida de material genético. Este estudio se aplica, no solo en el diagnóstico prenatal y en el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), sino además en la Genética Clínica, para el estudio de cáncer, retraso mental y síndromes congénitos polimalformativos.

Funiculocentesis: Es la obtención de sangre fetal, mediante la punción de un vaso guiado por ecografía, se realiza a partir de la semana 19-20, es útil para el estudio rápido de cromosomas fetales y para confirmar infecciones o enfermedades graves fetales.

Este examen de diagnóstico prenatal se realiza en la sangre materna y nos permite descartar las cromosomopatías que puede padecer el bebé. Es un análisis molecular del ADN fetal realizado mediante un proceso tecnológico avanzado, denominado secuenciación masiva (lo ofrece nuestro Instituto).

Es de alta fiabilidad y se puede realizar muy tempranamente, a partir de la décima semana de embarazo, los resultados se obtienen en 15 días. La fiabilidad de la prueba es muy alta. Según los estudios publicados recientemente, se ha demostrado que esta prueba tiene índices de detección superiores al 99 % con índices de falsos positivos tan bajos como 0,1 %. Se evita la realización de amniocentesis con una precisa evaluación del riesgo de las trisomías (13, 18, 21, X y Y) responsables de la mayoría de las anomalías cromosómicas.

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