Es un procedimiento ginecológico que actualmente y en la mayoría de los casos se rige en el principio de ver y tratar, ya que la miniaturización del instrumental que se utiliza para este estudio permite que en consultorio se diagnostiquen y traten una gran cantidad de patologías, quedando un menor porcentaje para el tratamiento en el quirófano. Nos sirve de guía y complemento para confirmar diagnósticos obtenidos por otras técnicas de imagen (ecografía, histerosalpingografía, histerosonografía, resonancia magnética nuclear, tomografía computarizada etc.).
La histeroscopia de consultorio se realiza mediante la introducción de un endoscopio de muy pequeño calibre a través de la vagina y cuello del útero, facilitado por la infusión de suero fisiológico o lactato ringer para expandir la cavidad uterina, consiguiendo una buena visualización de la misma, facilitándonos la toma de biopsias selectivas bajo control visual. Además, podemos extirpar pólipos, seccionar adherencias y resecar miomas pequeños que se encuentran en la cavidad uterina. Se realiza de forma ambulatoria, dura aproximadamente 30 minutos y no necesita anestesia ni sedación, luego de la misma la paciente puede volver a su actividad cotidiana habitual. Puede ocasionar ciertas molestias, parecidas al dolor menstrual, por lo que dependiendo del caso se puede preparar previamente a la paciente con un relajante muscular y/o un analgésico.
Técnicamente, consiste en la introducción vía transcervical de una óptica y de un elemento de trabajo que nos permite la utilización de pequeñas tijeras, pinzas de agarre, asas de resección y sistemas de coagulación conectados a un generador eléctrico.
Las principales indicaciones de la histeroscopia son:
La histeroscopia que se realiza en el quirófano requiere de anestesia general (sedación) o regional, ya que es necesario dilatar el cuello uterino, por lo que se requieren exámenes de laboratorio (rutina prequirúrgica) y valoración por el Anestesiólogo. De esta manera se resuelven la mayor parte de anomalías intrauterinas diagnosticadas, que no pudieron resolverse en la histeroscopia de consultorio.
Las complicaciones son infrecuentes y en general, poco importantes, por lo que la convierten en una técnica resolutiva muy segura para resolver la patología intrauterina, volviendo la paciente a su domicilio el mismo día de la intervención. Se restringe la actividad física, los baños de inmersión y las relaciones sexuales durante 5 a 7 días.
La histeroscopia en quirófano comparte algunas de las mismas indicaciones ya enumeradas, pero que tienen mayor complejidad para su resolución o que requieren mayor tiempo operatorio, o en casos en que la paciente no tolere un procedimiento que se intentó hacerlo en el consultorio, estas pueden ser: