Las enfermedades monogénicas son aquellas enfermedades causadas por la alteración de un gen en concreto, en contraposición a las causadas por alteraciones y la contribución de varios genes combinado con factores ambientales, denominadas enfermedades multifactoriales.
Según estimaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), existirían unas 10.000 enfermedades monogénicas distintas. La prevalencia global para éstas es del 1%. En países desarrollados, suponen la causa del 18% de hospitalizaciones pediátricas y un 20% de mortalidad infantil. Estas “enfermedades raras” por su baja prevalencia individual son frecuentes ya que aproximadamente un 0.5% de los nacidos vivos están afectados por alguna de ellas.
El diagnóstico genético preimplantacional de enfermedades monogénicas o PGT-M es el método empleado para detectar la presencia de estas enfermedades en embriones antes de ser transferidos y se define como el estudio cualitativo de los embriones para descartar los que han heredado una enfermedad genética. Por tanto, el objetivo es detectar embriones sanos para su transferencia.