Estas técnicas nos permiten obtener espermatozoides en pacientes con azoospermia, porque no se encuentran en el eyaculado, lo que facilita la fecundación con espermatozoides propios. Actualmente, hemos mejorado las técnicas para obtener espermatozoides, las mismas que son menos cruentas, mejorando la calidad de las muestras obtenidas; desde el varón vasectomizado, pasando por aquellos casos de obstrucción de las vías espermáticas o en la fibrosis quística. Como ejemplos comunes, se puede obtener espermatozoides mediante una simple punción testicular, bajo anestesia local o mediante biopsia.
Coordinamos en tiempo real con el laboratorio de biología de la reproducción, para su dedicación al proceso reproductivo y evaluación minuciosa de la calidad de la muestra obtenida, para conseguir una mejora notable de los resultados.
La biopsia testicular es una intervención quirúrgica mediante la cual se obtienen los espermatozoides. Se secciona, de 1 a 2 cm, la piel del testículo para obtener tejido testicular y con ello espermatozoides. El material testicular se fracciona; una parte para las técnicas de reproducción y otra para estudio histopatológico. En ocasiones se debe hacer varias tomas (dos o tres de distintas zonas de cada testículo). Generalmente, se procede bajo sedación, aunque también se puede proceder con anestesia local, según la tolerancia del paciente. Una vez que se obtiene el tejido testicular, se pueden cumplir dos objetivos:
La biopsia testicular para obtención de espermatozoides puede hacerse de forma previa como diagnóstico antes del tratamiento, congelando el tejido testicular cuando se encuentran espermatozoides, para ser usados posteriormente en el tratamiento de ICSI. La congelación espermática asociada a esta biopsia puede deteriorar la calidad y supervivencia de los espermatozoides, siendo necesario una segunda biopsia. De preferencia, la biopsia se realiza el mismo día de la extracción de los óvulos.
La punción testicular consiste en obtener espermatozoides directamente del testículo por punción con aguja de este o del epidídimo bajo anestesia local. Es un procedimiento bien tolerado, con bajo riesgo de complicaciones. Es lo adecuado en pacientes vasectomizados y en otros casos de azoospermia obstructiva, con testículos de consistencia normal.
Es la aspiración espermática epididimaria percutánea.
Es la aspiración espermática epididimaria microquirúrgica.
A menudo nos confundimos con los términos técnicos TESE, TESA, PESA y MESA etc. Todas estas palabras corresponden a técnicas de obtención de espermatozoides para ser empleados en reproducción asistida. La Urología actual ha minimizado la agresividad para obtener espermatozoides, mejorando procesos, al disminuir la lesión que producimos en los tejidos y a la vez mejorando la eficacia para obtener espermatozoides.
El objetivo de ambas es obtener espermatozoides para el tratamiento de reproducción asistida, de la forma menos cruenta. El criterio de si la muestra es adecuada, lo deberá indicar la/el bióloga/o, ella/él la valorará desde su extracción en tiempo real de obtención, solicitando al urólogo la obtención de más material. El urólogo proporcionará el mejor material (espermatozoides). En algunos casos puede ser igual de adecuado el material obtenido por punción que por biopsia, debiendo de tener presente que son procedimientos que, en ocasiones, hay que realizarlos más de una vez. Por estos motivos, en el IQUI contamos con un equipo de urología especializado que trabaja coordinadamente con el equipo de laboratorio de biología reproductiva.
La elección de una técnica u otra para obtener espermatozoides se basa en diversas condiciones que establecen cuál es la más adecuada; de acuerdo con la alteración testicular que presenta el paciente, como hidrocele, pérdida de consistencia testicular, cirugías testiculares previas, alteraciones hormonales, necesidad de estudio histopatológico. La biopsia testicular es la técnica más razonable porque proporciona mejor material, permitiéndonos confirmar si hay o no espermatozoides, y nos da a la vez tejido para estudio histológico testicular.
La ventaja de la punción es que obtenemos el material necesario y no dañamos más el testículo, siendo también más económica. La calidad del material no debe variar por la técnica que se obtenga sino por lo que proporciona el testículo del paciente. Si resultara insuficiente el material de punción, a criterio de la/el bióloga/o, se procederá con la biopsia.
Como podemos evidenciar, no es mejor la una técnica que la otra, solo una adecuada selección del caso proporcionará el mejor material.
No se deben de dejar de tomar en cuenta también a las otras técnicas descritas anteriormente, que tienen aplicación práctica dada la gran variedad de situaciones específicas que presentan las parejas infértiles; así mismo todas estas técnicas se utilizarán dependiendo de la mayor o menor experiencia y de los resultados de su aplicación que tenga cada centro.