Cuando existe una pérdida de dos o más abortos, es por causa cromosómica entre un 50 – 80 %, este origen tanto en embarazos obtenidos de forma natural o por técnicas de reproducción asistida ocasiona que los embriones no se implanten, que se implanten, pero que no sean embarazos evolutivos terminando en aborto, o que den lugar al nacimiento de un niño con alguna enfermedad. Para estos casos, actualmente contamos con una nueva técnica de diagnóstico genético preimplantacional que permite el estudio genómico completo el embrión y que es:
Consiste en la biopsia de una o más células de cada embrión obtenido mediante fertilización in vitro-ICSI y permite detectar cualquier cambio en la cantidad de todos los cromosomas del embrión. Existen dos técnicas que permiten este tipo de análisis y son el array-CGH (Hibridación Genómica Comparada) y más recientemente el NGS (Next Generation Sequencing: Secuenciación Masiva). Ambas tecnologías permiten analizar todos los cromosomas de una célula de un embrión y determinar si hay o no exceso o anormalidad del material genético, ya que nos permite transferir únicamente embriones cromosómicamente normales, permitiéndonos obtener un embarazo exitoso, evitando un fallo de implantación, un nuevo aborto o el nacimiento de un niño afectado con alguna enfermedad.