¿El colesterol alto afecta a la fertilidad?
Las grasas con su contenido de colesterol además de proporcionar mucha energía, son indispensables para producir hormonas, formar células sanguíneas y neurales, e intervenir en múltiples procesos metabólicos.
Están constituidas por ácidos grasos y se presentan en tres formas: saturadas (con un número máximo de carbonos en su molécula), insaturadas (aún con espacios en su molécula para átomos de hidrógeno), que a su vez se dividen en monoinsaturadas y poliinsaturadas, y finalmente las grasas transformadas (trans-facts), creadas a partir de grasas insaturadas que, con calor e hidrogenación, se vuelven saturadas al agregárseles átomos de hidrógeno. La mayoría de los alimentos contienen una mezcla de grasas en la que alguna predomina.
Las grasas se transforman de forma artificial para aumentar su vida media en los alimentos y con frecuencia vienen en productos procesados y con un alto índice calórico. En el empaque se identifican como hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas, pero son las transformadas las que deben evitarse por dañinas y preferir las naturales. Es mejor consumir mantequilla (natural) que margarina (transformada) o condimentos con aceite de oliva y no los promocionados como dietéticos que contienen alto contenido de grasas transformadas, lo mismo que alimentos naturales y no aquellos bajos en grasas y altos en carbohidratos.
Deben consumirse preferentemente las grasas monoinsaturadas que se encuentran en el aceite de oliva, aceite vegetal, aceite de maní, nuez de la india, nueces, almendras y las grasas poliinsaturadas que se encuentran en el aceite de maíz, salmón, sardinas, bacalao, atún, aceite de soya. La ingesta de estas grasas nos permite mantener unos niveles normales de colesterol.
Se necesita no más de 30 % del total de grasas en la dieta, puesto que proporcionan ácidos grasos esenciales como omega-3 y omega-6. El organismo requiere colesterol para múltiples funciones y si no lo obtiene de los alimentos lo fabrica a partir de azúcares, debiendo distinguirse entre los diferentes tipos de colesterol.
A base del colesterol nuestro cuerpo produce hormonas (esteroideas) sexuales como el estradiol, la progesterona y la testosterona, elementos muy importantes, cuyo déficit o exceso tienen notables implicaciones en los procesos reproductivos. En la dieta debe disminuirse el consumo de carnes rojas, prefiriendo ingerir frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva y pescado, ya que estos últimos nos proporcionan altos niveles de vitamina B6 y ácido linoleico, el mismo que es precursor de diferentes prostaglandinas implicadas en distintos puntos del proceso reproductivo. Esta dieta se ha relacionado con mejores resultados reproductivos por ciclo, e igualmente reduce el riesgo de disfunción eréctil, ya que disminuye notablemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ayudándonos a mantener niveles normales de colesterol, que también han sido implicados por disminuir los resultados reproductivos cuando sus valores están altos en uno o en ambos miembros de la pareja.
Para realizar el control adecuado del peso a pacientes con sobrepeso u obesidad, en los que estén alterados sus niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa o que tengan resistencia a la insulina como en pacientes con síndrome de ovario poliquístico, en el IQUI disponemos del correspondiente acompañamiento por parte del endocrinólogo y la nutricionista a objeto de lograr mejores resultados en nuestros tratamientos de reproducción.