En determinadas circunstancias, las pacientes poseen un alto riesgo de tener embriones alterados, como por ejemplo en los casos de edad materna avanzada, existiendo la posibilidad de que, tras el análisis mediante PGT-A todos los embriones sean cromosómicamente anormales y no se puedan transferir. En este caso, además de la molestia ocasionada por la interrupción del tratamiento, hay que añadir, el dolor emocional ocasionado.