Contaminantes ambientales y su efecto sobre óvulos, espermatozoides y embriones
Riesgos ocupacionales y factores ambientales que afectan a la reproducción humana
La población en general está en contacto con el aire que contiene gases (benceno, monóxido de carbono, azufre) en concentraciones perjudiciales, la contaminación de las fuentes de agua por petróleo y por fertilizantes agrícolas (nitratos), la presencia de metales pesados (mercurio, níquel, cobre, plomo y cromo) en nuestras fuentes de agua, y por ende, en nuestros alimentos, etc., por lo que involuntaria y de manera “natural”, desde un inicio estamos expuestos a contaminantes que afectan nuestra capacidad reproductiva.
De manera particular es muy conocido el efecto nocivo sobre la capacidad reproductiva de mujeres y hombres que están expuestos a diferentes agentes químicos como pesticidas, solventes, pinturas, tintas, gases anestésicos; físicos como traumatismos testiculares, calor, radiación, etc. y biológicos como agentes bacterianos o virales. En personas con riesgos ocupacionales, deben tomarse todas las medidas de seguridad para que disminuya esta exposición y se reduzcan las probabilidades de afectación reproductiva.
Contaminación ambiental y fertilidad
La infertilidad se define como la incapacidad de concebir después de 1 año de relaciones sexuales sin protección, y tiene una prevalencia global del 9 %. Desde la mitad del siglo XX se ha destacado el aumento de la incidencia de patologías de la reproducción humana y la consiguiente disminución de la función reproductiva en todo el mundo, este empeoramiento de la capacidad reproductiva en tan corto tiempo no se debe solo a cambios genéticos, sino también a la exposición a ciertos compuestos relacionados con el desarrollo industrial que podrían ser los responsables de esta tendencia; se incluyen otras sustancias que son parte de la vida diaria contemporánea como los rodenticidas (raticidas), compuestos utilizados en la producción de plásticos y plastificantes, algunos compuestos naturales como los fitoestrógenos de soya y algunos medicamentos derivados de las hormonas naturales, en particular todos los anticonceptivos.
En 1991 se estableció el término disruptor endocrino (DE), para describir una clase de compuestos químicos, incluidos los que actúan como agonista y antagonista de los receptores de estrógenos, receptores de andrógenos, receptores de hormonas tiroideas, etc. Un disruptor endocrino es una sustancia química exógena, que tiene efectos adversos para la salud de un organismo intacto o su descendencia; entre estas sustancias contaminantes que se han implicado en la reducción de la fertilidad ocupan un lugar principal en la contaminación de alimentos, agua y aire (xenoestrógenos, bifenilos policlorinados, dioxinas, diclorofenilos, alquilfenoles, etc.), que ocasionan cambios de la función endocrina, efectos que repercutirán disminuyendo la producción de gametos. En el aparato reproductor masculino, los DE pueden actuar como antiandrógenos, antiestrógenos e inhibidores de enzimas esteroidogénicas, alterando las concentraciones de las hormonas reproductivas, que son un factor crítico en la espermatogénesis y en la función reproductiva masculina; en el aparato reproductor femenino los disruptores endocrinos podrían contribuir a trastornos ováricos y a la disminución de las tasas de concepción, hay evidencias de que influyen negativamente en la formación y maduración del óvulo; contribuyen al aparecimiento del síndrome de ovario poliquístico, del fallo ovárico prematuro y a alteraciones de ciclicidad y fecundidad.
Los contaminantes terminarían afectando la función endocrina para la producción de gametos, a lo que se añade el aumento del estrés oxidativo y en las alteraciones del ADN celular y epigenéticas (cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de los genes sin ningún cambio subyacente en las secuencias del ADN subyacente) de estas células; posiblemente afectando al desarrollo embrionario, perjudicando al desarrollo fetal, y por ende aumentando las tasas de aborto bioquímico y clínico.
Por tanto, resulta muy conveniente la tendencia moderna de consumir productos orgánicos, naturales, en los que no se hayan utilizado pesticidas o conservantes, así como a implementar todo tipo de medidas que disminuyan la contaminación ambiental y la promoción de actividades en ambientes libres de esta.