Estrés e infertilidad

¿Qué cambios hormonales origina el estrés?

Frente al estrés el organismo responde con modificaciones en la esfera psicológica y en la esfera orgánica que se traducen en alteraciones hormonales y que se pueden manifestar en el siguiente orden:

  • Aumento diurno de la actividad del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, que conlleva aumento de la secreción de cortisol. 
  • Disminución de la frecuencia y amplitud de los pulsos de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) FSH y LH.
  • Aumento de la secreción hipotalámica de inhibidores de la secreción de GnRH, hormona liberadora de adrenocorticotropa (CRF), opioides endógenos y dopamina.
  • Inhibición de la función reproductiva mediada por un aumento de la secreción de prolactina y melatonina. 
  • En cualquier caso, aun cuando no se llegue al estado extremo de amenorrea psicógena, todas estas alteraciones solo se producen cuando la intensidad del estímulo estresante es grande y actúa durante un tiempo prolongado. 

La consecuencia definitiva en la mujer sería la producción de anovulación, amenorrea y, por ello, la dificultad para obtener un embarazo. 

¿Puede el estrés alterar el deseo sexual y con ello la posibilidad de lograr un embarazo?

En los casos de estrés grave, en los que se producen los cambios anteriormente descritos, el aumento de la prolactina, sobre todo, en el varón, y de las hormonas suprarrenales, puede conducir a una disminución, o incluso supresión, de la actividad sexual.

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