Obesidad y fallo de implantación embrionario
La obesidad conlleva un aumento de enfermedades y problemas para la salud física, psíquica y social y está asociada con problemas de infertilidad y subfertilidad, manifestándose como una de las causas de fallo de implantación embrionaria. La implantación embrionaria es el proceso mediante el cual el embrión en estadio de blastocisto se fija al endometrio materno para continuar su desarrollo intrauterino, siendo necesario que este se encuentre debidamente receptivo y en fase con el desarrollo del embrión.
Se define como fallo de implantación la no consecución de embarazo tras 3 o más transferencias con embriones de buena calidad en un ciclo de FIV con óvulos propios o donados.
Entre los cambios que podrían justificar los problemas de receptividad endometrial se ha descrito el efecto negativo de la obesidad sobre el factor inhibidor de la leucemia(LIF), que regula el proceso de implantación o el aumento de insulina que favorecería niveles subóptimos de glicodelina (asociado a abortos de repetición) y de la proteína ligadora del factor de crecimiento insulinoide (IGF-BP1) (facilita la adhesión del trofoblasto). También se ha especulado sobre el papel negativo que tendrían algunas adipoquinas como la interleuquina 6, el PAI-1 o el TNF-α, sobre el endometrio o la disminución de la expresión de transportadores de glucosa como el SLCZA4 o el GLT4 que inducirían un estado de insulinorresistencia a nivel local.
Estas evidencias nos confirman los efectos nocivos de la obesidad para conseguir un embarazo, por lo que es muy necesario tener buenos hábitos alimenticios, sobre todo cuando la mujer desea tener hijos.