¿Se congelan todos los embriones sobrantes en un ciclo de fertilización in vitro?
La investigación y el mejoramiento permanente de las técnicas utilizadas en el laboratorio de FIV permiten que a este momento lleguen a blastocisto en una fertilización in vitro clásica del 70 al 75 % de embriones y con ICSI del 75 al 80 %. El embriólogo selecciona los mejores embriones en fresco (en el mismo ciclo de la estimulación ovárica) que deben ser transferidos, para garantizar un embarazo evolutivo, y así mismo a los embriones de buena calidad con un grado de fragmentación de hasta un 50 % procede a vitrificarlos, para que estos sean útiles para un segundo intento o para otro embarazo.
¿Cuáles embriones se congelan?
Se vitrifican los embriones que han tenido la mejor evolución morfocinética, ya que esta condición les permitirá resistir de mejor manera la injuria que significa el proceso de vitrificación y desvitrificación, que pese a ser procesos actualmente muy seguros y que permiten posteriormente una supervivencia del 95 % de estos embriones, no están exentos de riesgos; puesto que el embrión es producto de procesos genéticos y moleculares, originados en los óvulos y espermatozoides que actualmente se siguen investigando. Los embriones evolucionan en medios de cultivo, con nutrientes testados y son incubados en condiciones similares a las que encontrarían en las trompas de Falopio, a pesar de todos estos avances, no se pueden igualar a las condiciones naturales. En nuestro laboratorio se criopreservan los embriones tipo A y B (clasificación ASEBIR), que no tengan un grado de fragmentación mayor al 50 %, ya que con un mayor grado de fragmentación sus posibilidades de supervivencia son nulas.
¿Qué alternativas se tiene para los embriones sobrantes de un ciclo de FIV-ICSI?
Actualmente, las técnicas de reproducción asistida nos permiten obtener en el laboratorio embriones de buena calidad, lo que nos da la oportunidad de transferir un solo embrión (eSET) euploide (es el embrión que tiene 46 cromosomas normales) con el objeto de prevenir el embarazo múltiple, sin embargo, en casos muy particulares pueden transferirse hasta 2-3 embriones. Los embriones sobrantes pueden vitrificarse para uso de la paciente en el futuro, en un nuevo intento, para la consecución de un nuevo embarazo o los puede donar para otras parejas que lo requieran.
¿Es posible someterme a un tratamiento de fertilización in vitro y que no queden embriones sobrantes?
Sí, es totalmente factible, ya que el médico puede realizar una estimulación ovárica suave para obtener un número menor de óvulos y consecuentemente un número menor de embriones, con lo que se evitaría el que queden embriones sobrantes.
¿Qué seguridad existe de que los embriones congelados sobrevivan?
Con las técnicas actuales de vitrificación embrionaria, existe la posibilidad de que el 95 % de embriones sobrevivan al proceso de desvitrificación sin ninguna alteración, incluso los embriones que fueron sometidos a biopsia y que tengan tasas de implantación y de embarazo similares a las de los embriones frescos. Los embriones criopreservados pueden utilizarse para: una nueva transferencia, en el caso de que en primera no se hubiera logrado un embarazo; para conseguir a futuro un nuevo embarazo; cuando se vitrificaron todos los embriones por riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica en el ciclo de estimulación; cuando el endometrio preparado no es el adecuado para la transferencia en caso de óvulo donado; cuando se tenga que realizar una transferencia individualizada de acuerdo con la expresión genética endometrial (examen ERA) para sincronizar el desarrollo endometrial con el embrionario o cuando al intentar la transferencia en el mismo ciclo de estimulación ovárica, esta presentó dificultades al no poder ingresar a la cavidad uterina volviéndose traumática la transferencia.
¿En qué consiste la descongelación embrionaria?
Es el proceso mediante el cual los embriones congelados en cualquier estadio son sometidos al proceso inverso a la vitrificación, mediante la utilización de medios de cultivos apropiados, en otras palabras, consiste en regresarlos de una temperatura de -196 °C a la que estuvieron sometidos por su inmersión en nitrógeno líquido, a la temperatura de 37 °C, temperatura ideal para ser transferidos al útero materno.
La criopreservación embrionaria puede realizarse en cualquier estadio desde la fase de los pronúcleos (zigoto), obteniéndose tasas de recuperación tras la desvitrificación de un 90 %, con tasas de 30 % de embriones que llegan hasta el estadio de blastocisto. Los embriones que fueron vitrificados en un tercer día para prevenir una inadecuada evolución en incubadora hasta blastocisto tienen una recuperación posdesvitrificación de un 84 a 95 % con tasas de implantación del 15 al 28 % y tasas de embarazo del 35 %. En los blastocistos (embrión de quinto o sexto día) la tasa de supervivencia es del 95 %, la de implantación del 30.1 % y la de embarazo del 40,1 %, con excelentes resultados perinatales, siendo, por tanto, la vitrificación en este estadio la que mejores tasas de embarazo nos ofrece, con resultados equiparables a cuando se transfieren embriones en fresco.
El estrés importante que ocasiona la vitrificación y desvitrificación embrionaria puede producir la destrucción de alguna o todas las células del embrión, considerándose que existe supervivencia embrionaria cuando sobreviven al menos el 50 % de sus células, siendo, por lo tanto, este es el límite para considerar un embrión apto para una transferencia embrionaria, con posibilidades de generar un embarazo.
¿Se pueden recongelar los embriones?
Es el proceso mediante el cual embriones que fueron descongelados, pueden nuevamente volver a vitrificarse. Con las técnicas avanzadas que actualmente disponemos, este procedimiento es factible, tal es el caso, que la literatura menciona que pueden volver a recongelarse hasta por 5 o 6 ocasiones sin afectar la viabilidad de estos y su capacidad de embarazo. Esta circunstancia excepcional puede presentarse cuando la paciente, por razones de fuerza mayor (dificultad de movilización, enfermedad, etc.), no acude a la transferencia programada con embriones desvitrificados, o por la disponibilidad de un número imprevisto de embriones luego de la descongelación.