Son tumores benignos constituidos por músculo uterino anormal, localizados debajo del endometrio pudiendo estar en la luz de este o introducidos parcialmente en el músculo uterino. Representan menos del 10 % de la totalidad de los miomas y son responsables solo del 2-3 % de los casos de infertilidad. Pueden diagnosticarse por ecografía endovaginal, debiendo diferenciarse de los pólipos endometriales.
Los diferentes mecanismos por los que los miomas submucosos alteran las tasas de embarazo pueden deberse a las siguientes causas:
La histerosalpingografía (HSG) mostrará en caso de miomas submucosos o intracavitarios un defecto de relleno de la cavidad o una deformación de ésta que corresponderá al mioma, pero se deberá establecer el diagnóstico diferencial con artefactos, como burbujas de aire, y con otras patologías endometriales, como pólipos, que dan imágenes similares. Igualmente, la HSG puede demostrar alteraciones del flujo tubárico por compresión de los ostiums. Para realizar el diagnóstico diferencial se podría recurrir a la realización de una histerosonografía donde introducimos solución salina en la cavidad uterina, al tiempo que realizamos una ecografía.
En aquellos casos en los que, después de haber hecho los estudios anteriores, aún quedan dudas sobre el diagnóstico en lo que respecta al componente endocavitario. La histeroscopia permite hacer un estudio morfológico directo y funcional, presentando la ventaja de ser un método diagnóstico que puede convertirse en quirúrgico-terapéutico, especialmente, en casos de miomas submucosos, pólipos o sinequias.
Si son muy pequeños pueden extirparse mediante histeroscopia de consultorio, si tienen un tamaño mayor va a ser necesario realizar una histeroscopia en el quirófano que en algunos casos se requerirá una segunda e incluso una tercera intervención.