El examen convencional para valorar la calidad del semen es el espermograma y constituye la puerta de entrada para conocer el factor masculino de una pareja que consulta por problemas de infertilidad, siendo muy útil para decidir si esta tendrá que someterse a un tratamiento de complejidad baja (coitos programados, inseminación) o alta (FIV-ICSI). En el laboratorio de andrología del IQUI se utiliza como guía para este examen, los parámetros seminales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2021 para catalogar a una muestra de semen como normal (normozoospermia), los mismos que se dividen en macroscópicos y microscópicos:
El semen se emite en estado líquido, pero rápidamente se transforma a un estado semisólido.
El semen humano es normalmente un líquido homogéneo opalescente.
Blanquecino-amarillento, cuando este se ve alterado es conveniente estudiar las posibles causas, se puede presentar, por ejemplo: ligeramente amarillento después de tiempos de abstinencia prolongados, rosado por la presencia de glóbulos rojos (hemospermia), amarillento por bilirrubinas, hipervitaminosis o medicamentos, y claro en oligozoospermia (concentración de espermatozoides por debajo del límite normal).
Tras la eyaculación, el semen se presenta denso, debiendo licuarse para proceder a su estudio. Una muestra de semen se licúa por completo en aproximadamente 15-30 minutos a temperatura ambiente, si luego de este tiempo la licuefacción no se completa el eyaculado podría dejarse a 37 °C durante otros 30 minutos, si transcurridos los 60 minutos la muestra no ha completado la licuefacción, esta podrá ser sometida a una mezcla mecánica para poder analizar el resto de los parámetros.
Se refiere a la fluidez de toda la muestra, un eyaculado licuado normal cae como pequeñas gotas discretas, si la viscosidad es anormal la gota formará un hilo de más de 2 cm de largo. Los métodos para disminuirla son los mismos que para la licuefacción incompleta. Si la muestra presenta una viscosidad aumentada, puede deberse a una disfunción prostática que altera el transporte de los espermatozoides.
el volumen normal de un eyaculado, con 3 a 5 días de abstinencia sexual, debe ser ≥ 1.4 ml, un volumen inferior se denomina hipospermia, la ausencia de esperma se cataloga como aspermia. El volumen seminal es fundamentalmente en función de la actividad de las vesículas seminales, el bajo volumen seminal puede ser indicador de la ausencia bilateral congénita de los conductos deferentes o de los conductos eyaculadores.
El valor debe ser ≥ 7.2. Valores inferiores del mismo y una baja concentración de espermatozoides, podrían indicar una disgenesia de los vasos eferentes, epidídimo, conductos deferentes, o a una obstrucción de los conductos eyaculadores; en caso de prostatitis aguda, vesiculitis o epididimitis bilateral suele ser > 8.
El valor normal es ≥ 16 x 10⁶ millones de espermatozoides/ml del volumen eyaculado o 39 x 10⁶ millones de espermatozoides en la totalidad del volumen de la muestra. Si la concentración es < 16 millones de espermatozoides/ml, hablaríamos de oligozoospermia, (leve: entre 10 a 16 millones/ml; moderada: entre 5 a 10 millones/ml; severa: menos de 5 millones/ml), los casos más severos < 100.000 millones/ml se conocen como criptozoospermia (los espermatozoides están ausentes en la preparación en fresco, pero son observables en el sedimento de semen centrifugado), y si no se encuentran espermatozoides, estamos ante una azoospermia.
Valora el porcentaje de espermatozoides móviles y el de progresivos (móviles que se desplazan). Los móviles progresivos deben ser ≥ 30 %, o ≥ 42 % con cualquier tipo de movilidad progresiva, valores menores se denominan astenozoospermia.
La vitalidad espermática refleja el número de espermatozoides que están vivos. El porcentaje de espermatozoides vivos debe ser ≥ 54 %, si es menor hablaríamos de necrozoospermia, que puede ser indicativa de patología epididimaria. Debiendo tenerse presente que pueden estar vivos, pero encontrarse inmóviles, por lo que su número no necesariamente puede coincidir con los móviles. La evaluación de la vitalidad se realiza con la exclusión del colorante (eosina-nigrosina) o la prueba hipoosmótica. La primera se basa en que solo las células vivas mantienen impermeables sus membranas a la exposición de un colorante. La segunda, en que las células con membranas intactas se hinchan en presencia de soluciones hipoosmóticas.
La concentración de células redondas debe ser < 5 x 10⁶ células/ml. Si es mayor se denomina leucospermia y nos sugiere una infección genitourinaria que debe confirmarse con el cultivo correspondiente, ya que también pueden corresponder a células germinales.
En un espermograma normal se encuentran ≥ 4 % de espermatozoides normales, por debajo de este valor se denomina teratozoospermia. En la morfología del espermograma, se calcula el índice de teratozoospermia (el número de defectos de morfología que presenta cada espermatozoide dividido para el número de espermatozoides defectuosos), tomando como referencia de normalidad un índice < 1,6 %, con valores inferiores se puede realizar una inseminación artificial, siempre y cuando la concentración y movilidad de los espermatozoides no se encuentre alterada, si el valor de este índice es > 1,6 % se recurrirá a una FIV-ICSI, adicionalmente en el estudio de la morfología tenemos el índice de deformidad (número de defectos del espermatozoide, dividido por el número total de espermatozoides), normalmente debe ser < 1.6 %, valores mayores a 1.6 % tienen correlación negativa con la tasa de embarazo ya sea natural o por tratamientos de reproducción, por tanto, complementa al índice de teratozoospermia.
Determina la presencia de anticuerpos anti-espermatozoides en el eyaculado como probable causa de infertilidad masculina de tipo inmunológico, refleja la cantidad de espermatozoides unidos a partículas de látex tratadas con anticuerpos específicos; la formación de aglutinados entre estas partículas y espermatozoides móviles indica la presencia de anticuerpos anti-espermatozoide. Si más del 50 % de los espermatozoides se encuentran unidos, puede indicarnos un problema inmunológico.
Percentil 5 (P,5).
Límite de decisión (L.D).
Existen herramientas adicionales capaces de mejorar la información obtenida a través del espermograma convencional: la recuperación espermática móvil nos permite orientar el tratamiento hacia baja (coito programado, inseminación) o alta (FIV-ICSI) complejidad.
Además, podemos conocer a través de técnicas moleculares la competencia funcional y las características genéticas de la población de espermatozoides con la evaluación de la fragmentación del ADN espermático mediante la prueba de TUNEL, que consiste en medir las roturas existentes en la cadena de ADN incorporando moléculas marcadas fluorescentemente, ya que un esperma con ADN fragmentado inicia la fertilización, pero en etapa embrionaria de 4 a 8 células se detiene el desarrollo; el examen de MACS (columnas de anexina) nos permite descartar los espermatozoides apoptóticos (envejecidos) que se asocia a fallos repetidos de implantación en técnicas de reproducción asistida, abortos a repetición, edad del varón mayor a 45 años y varicocele; la hibridación fluorescente in situ (FISH) nos permite marcar con sondas de ADN fluorescentes parte de la dotación cromosómica de los espermatozoides y determinar si esta es correcta o no, en concreto se estudia los cromosomas 13, 18, 21, X y Y, implicados principalmente en abortos y malformaciones fetales. Un semen con un elevado porcentaje de espermatozoides cromosómicamente anómalos puede dar lugar a fallos de implantación, abortos o incluso alteraciones cromosómicas en la descendencia; en casos de severa afectación seminal también se realiza el estudio de las microdeleciones del cromosoma Y y el screening de fibrosis quística y cuando sea pertinente el examen de meiosis espermática.